Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información Cerrar y aceptar uso

recetas para el buen yantar

Judías cocidas

Judías cocidas, en la buena línea de los primeros sanos y saludables.

Foto de plato con judías cocidas y patata, listas para comer
Dificultad
Ninguna
Tiempo
media hora
Comensales
Para 6 personas (es un primero)
Categoría
Origen vegetal
Autor
Phaty
Fecha
14/05/2016

Comentario

Perfecto primero para cualquier época del año, aliñadas en su justa medida con aceite y vinagre.

Obviamente, están mucho más ricas cuando son frescas, pero es un muy buen recurso para tener siempre en el congelador, y con un precio razonable.

Ingredientes

  • Bolsa judas congeladas de 1kg.
  • 6 patatas tamaño normal
  • sal
  • aceite de oliva
  • vinagre
  • cebolla pequeña (opcional)

Pasos para su elaboración

1
Se pone en la tartera el agua, la sal, un chorrito de aceite y las judías congeladas, sin necesidad de descongelarlas previamente. Se enciende el fuego y se espera a que hierva, momento en el que ya se habrá deshecho todo el hielo.
2
En ese momento ya se pueden poner las patatas y, si se quiere, la cebolla. En cuanto esté hirviendo a borbotones, se baja el fuego al mínimo y se deja cocer en torno a veinte minutos con la tapa puesta
3
Pasados los veinte minutos, se pincha una patata para comprobar que ya estén listas y se apaga.
4
Si en vez de judías congeladas hubiésemos utilizado las frescas de temporada, tras lavarlas y trocearlas, las hubiésemos metido a cocer antes que las patatas, puesto que al no traer el hervor que tienen las congeladas, tardarían en estar cocidas más de veinte minuto.
5
Cuando estén en su punto, se sacan las judías con una espumadera. Se completa la ración con los trozos de patata que le correspondan y se comen, pero echándoles por encima sendos chorritos de aceite de oliva y vinagre. Una vez más, ¡ahí está la clave!

La anécdota de esta receta

De verdad que merece la pena probarse. Con el punto óptimo de sal, y con los chorritos de aceite de oliva y vinagre en su justa medida, no conozco a nadie a quien no guste este plato.

Es más, si yo intentase tomar este plato sin el aceite y vinagre posiblemente diría que no me gusta nada, mientras que con aceite y vinagre le pego tales "rebañadas" al plato con pan, que casi no habría que lavarlo.

e-mail: recetisimasrecetisimas@gmail.com Contacto para asuntos relacionados con los productos o diseño de la Web. Si lo prefieres, rellena y envía este formulario