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Un plato sencillo de hacer y muy útil para aprovechar patatas cocidas sobrantes, pero no de los platos de los comensales, sino de las fuentes. Estamos hablando de patatas limpias.
Pocas cosas hay tan sencillas de hacer. En las casas que se cocina, es muy típico que se cuezan unas patatas para tomar con meigas o merluza frita, con un cocido, con unas judias verdes… En estos casos, es muy fácil que sobre alguna, que la podremos aprovechar para preparar una cena en cinco minutos.
Parecerá una tontería, pero es verdad como la vida misma. Resulta que toda la vida, y no os puedo decir el origen de la confusión, he llamado a este plato patatas viudas.
Por casualidades de la vida, cuando inicié este proyecto, el informático me pasó las primeras pruebas de la Web con esta receta. Dado el entusiasmo que tenía, fui corriendo a enseñárselas a mi familia, pero no veáis la que me montó "my mother":
-¡¡Burr...!! ¡¡¡Hay que ser ignorante!!! ¡Eso no son patas viudas! Pero, ¿cómo vas a poner que eso son patatas viudas?. ¡Eso es una ensalada!
En fin, que no somos nadie. Queda la receta como patatas viudas porque yo no pienso bajarme de la burra y sirva esta anécdota como aclaración por si a alguien no le gusta este nombre.
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