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Delicioso caldo gallego que se puede hacer con nabizas, grelos o repollo. En su punto y bien calentito un día de frío, como suele decirse, levanta a un muerto.
Pocas cosas hay tan sencillas de hacer como el caldo gallego. Normalmente primero llegan las nabizas y luego los grelos. Cuando estos se acaban suelo hacerlo de repollo.
Lo bueno del caldo es que se puede hacer una buena pota porque aguanta perfectamente en la nevera 5 días, con lo que se invierte un poco de tiempo en hacerlo pero luego hay días sin preocupación por el primer plato.
Es muy difícil dar cantidades por lo que en este caso serán más orientativas que nunca. Cada cual debe ir tomando nota de si el caldo va saliendo a augusto con el fin de aumentar o disminuir alguno de los ingredientes.
Hice más caldo del que hago ahora, más que nada porque las nabizas o los grelos se compran mejor en un feirón que en el super, y hay que tener tiempo disponible. Pero en realidad, la auténtica causa de que haga menos caldo es que tenía un contacto con leira que me solía regalar grandes cantidades de grelos (hacía caldo, revueltos, laconadas…) y la gente se va haciendo mayor y va abandonando las huertas. Una auténtica lástima.
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