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recetas para el buen yantar

Arroz con pollo y choupa con categoría de paella

Delicioso plato de arroz con pollo y choupa, al que no le faltan unos buenos gambones lo que, al cambio, viene siendo una paellita de toda la vida.

foto de un recién acabado arroz con pollo y choupa hecho al aire libre
Dificultad
Media
Tiempo
90 minutos
Comensales
según tamaño paellera
Categoría
Origen diverso
Autor
Mort
Fecha
09/11/2016

Comentario

Una de entre las mil formas de hacer una paella que sirve como referencia para posibles variaciones.

Lo que sí es importante es tener los aros paelleros que se conectan a la bombona de butano, o equivalentes, que permiten repartir el fuego por igual en toda la paellera. Con esto, se deduce que el mejor sitio para hacerlo es una terraza o jardín.

Las cantidades aquí son orientativas para una paella media, estimada para unas ocho personas. Cada uno tendrá que ir viendo si le gusta una paella con más o menos tropezones. Además, es muy fácil añadir algo más o substituir algún ingrediente, como por ejemplo las choupas por calamares.

Ingredientes

  • 1Kg. trozos de pollo
  • 700 gr. trozos de choupa (pota)
  • 2 ó 3 dientes de ajo
  • 700 gr. arroz (vaso batidora)
  • 3 vasos batidora de agua
  • 2 tomate pelado
  • aceite de oliva
  • sal
  • medio pimiento morrón
  • 8 gambones
  • unos cuantos guisantes
  • colorante
  • 1 limón (opcional)

Pasos para su elaboración

1
Lo primero que debemos hacer es preparar todo el material, teniéndolo cortado, limpio y preparado.
2
En segundo lugar hay que dejar bien nivelada la paellera.
3
En tercer lugar hay que calcular la cantidad de arroz que vamos a necesitar, para lo cual tomamos como media el vaso de la batidora o equivalente y vemos si caben en la paellera cuatro vasos y medio de agua. Si no, hay que hacer pruebas con el vaso sin llenar hasta el borde. Hay que contar que en la paellera va a estar el pollo, las choupas, las tres cantidades de agua y una cantidad de arroz.
4
Hechas estas pruebas, ya sabemos hasta donde tendremos que llegar el vaso de la batidora tanto de agua como de arroz. Nos quedamos con esta referencia. Además, como al hacer estas pruebas la paellera estará llena de agua, corregiremos cualquier desnivel que haya.
5
Comenzamos poniendo en la paellera el aceite con unos dientes de ajo y les vamos dando unas vueltas hasta que estén dorados, luego se desechan.
paellera con dientes de ajo dorándose
6
En ese mismo aceite le damos unas vueltas a los gambones hasta que están casi listos para comer, momento en el que empezará a oler bárbaramente a gambas a la plancha y se sentirán fuertes deseos de comérselas sobre la marcha y mandar a paseo la paella, pero no se debe hacer; ¡ya habrá otro día para comer gambas! Se retiran y se reservan. Es recomendable tirar las antenas que hayan quedado en el aceite.
7
Repetimos el paso anterior con el pimiento cortado en tiras. Se fríen hasta que casi estén listas para comer. Se retiran y se reservan.
8
A partir de aquí ya no se retira nada. Se echan en el aceite los tomates pelado y cortados y se van friendo un poco con el aceite.
9
Se añaden los trozos de choupa. Los tenemos unos minutos dándoles vueltas con el aceite y el tomate hasta que se vayan haciendo un poco.
rehogando trozos de choupa en aceite y tomate para hacer arroz
10
A continuación, se hace lo mismo con el pollo troceado, rehogándolo bien. Se insiste unos minutos hasta que el pollo vaya perdiendo el color crudo.
11
Ahora se ponen unos guisantes congelados y se les dan unas vueltas.
dándolo unas vueltas al pollo con las choupas para hacer un arroz al que se han añadido guisantes
12
Llega el momento de añadir el agua, el colorante y la sal para cocer durante 35 minutitos. Lo dicho, tres medidas de agua, según vaso de referencia utilizado antes. Conviene fijarse hasta donde llega el agua en la paellera para luego reponer la que se haya mermado. Se puede utilizar el truco del palillo doblado en el borde de la paellera llegando justo al nivel del agua.
haciéndose el cocido con pollo y choupa para el guiso
13
Durante la cocción el agua irá mermando y los trozos de pollo no quedarán totalmente cubiertos por ésta, por lo que hay que tener cuidado de ir dándoles la vuelta para que se vayan haciendo por igual.
14
Pasado ese tiempo hay que reponer el agua mermada, para lo cual podemos medir con el palillo que previamente habíamos doblado en el borde.
15
En cuanto hierva el agua repuesta, se comprueba el punto de sal y se añade el arroz, previamente calculado (1 medida de arroz y 3 de agua). Se le da una par de vueltas con la cuchara de palo y se acomodan los trozos de pollo y choupa para que queden distribuidos homogéneamente, lo mismo que el arroz. Ya no se vuelve a tocar.
16
Como norma general, fuego fuerte hasta que se vislumbre el grano, momento en el que se baja. Suelen ser necesarios entre 5 y 7 minutos en cada una de estas dos etapas.
17
Cuando ya casi no queda agua, se colocan los pimientos y los gambones que se habían reservado, con lo que se siguen haciendo un rato al vapor.
el arroz con choupa casi listo, momento en el que se colocan los pimientos y gambones reservados
18
Cuando ya casi no queda agua, se corta el limón y se van poniendo los trozos encima del arroz, pero con cada uno se apretará un poco para dejar caer unas cuantas gotas uniformemente distribuidas por el arroz. Esto es opcional, pero hay que reconocer que los trozos del limón le dan al arroz muy buen aspecto.
19
Una vez acabada el agua, se apaga y se debe dejar reposar 10 minutos. El reposo es tan fundamental como la cocción. He aquí el secreto de los grandes arroces. Finalmente se consigue este arroz.
arroz con pollo y choupas y gambones, listo para comer.

La anécdota de esta receta

Anécdota número 1

Las paellitas resultan muy bien en verano, sobre todo si se hacen en un jardín a la caída de la tarde. En estas condiciones, la estampa típica es que los invitados, con una cervecita en la mano, merodean alrededor de la paellera y van sugiriendo mejoras, sobre todo los que no han hecho una paella en su vida.

Esto da pie a que se vaya abriendo el apetito y a que todos los asistentes la adopten como propia, casi como si la hubiesen hecho ellos mismos, con lo que se consigue que siempre esté deliciosa a la vista de todos.

Tiene gracia que una amigo asistía a este protocolario acto con bastante hambre y al principio de todo, con el olor de los ajos fritos exclamó:

¡Jod...! ¡Todavía no le has echado nada y ya huele de p... madre!

Y la verdad es que los ajos debían de estar buenos porque en el momento de desecharlos no tenía un sitio cómodo para tirarlos y los dejé en la tierra de un macizo. A la mañana siguiente no estaban, por lo que deduzco que algún bicho se pegó una buena cena.

Anécdota número 2

Tenía un amigo que decía que los arroces siempre estaban buenos. Esto se confirmó la primera vez que vi a otro amigo común hacer una paella.

La cuestión es que estaba haciendo la paella al tiempo que jugaba con un balón fumaba un pitillo, bebía una cerveza, atendía a su hija... Los asistentes le decían:

- ¡oye, pero no le tienes que echar tal cosa!

- ¡Ah, sí!, respondía.

Y así todo el rato.

La paella estaba buenísima y no paramos de reírnos toda la noche de la total anarquía con la que se había hecho y lo buena que estaba.

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