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Ricas y finas pastitas de mantequilla para acompañar un cafetito a media mañana o a media tarde.
Unas deliciosas pastitas que los comensales agradecen mucho.
Además, pueden servir para darle salida al típico bote de mermelada que se empieza un día de fiesta y después se le hace poco caso, por lo que es firme candidato a acabar enquistándose en la nevera.
La primera vez hice pastitas con mermelada y, dado el éxito, enseguida me puse con las mejoras. Fue tan sencillo como hacer algunas sólo con la masa, con diferentes formas, y otras con media cereza en almíbar en lugar de la mermelada. ¡Una pasada de ricas y de vistosas!. Total, que estas nuevas pastas pasaron a la cabecera de la receta, pero he aquí como eran las originales de mermelada.
Pues no había hecho nunca estas pastas, pero estaba viendo la típica película navideña de sobremesa y la protagonista hacía pastas de este estilo, hundiendo el pulgar. Inmediatamente investigué posibles variantes y hasta que las hice no paré. ¡Quedaron impresionantes a la primera!
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