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recetas para el buen yantar

Brazo de gitano

Brazo de gitano relleno de deliciosa crema pastelera, o si se prefiere, "el gran pionono".

foto de brazo de gitano espolvoreado con azúcar glas
Dificultad
Media
Tiempo
1 hora
Comensales
Para 6 personas
Categoría
Origen dulce
Autor
Mort
Fecha
22/05/2016

Comentario

Delicioso y lucido postre, nada difícil de hacer. De hecho, como en otras ocasiones, sabiendo hacer crema pastelera , ya está el asunto casi resuelto.

No hay que tenerle miedo a esta receta, pues conceptualmente es tan sencillo como hacer un bizcocho "enrollable", que se cubrirá de crema y se enrollará. Fácil, ¿no?

Ingredientes

  • 100 gr. de harina
  • 100 gr. de azúcar
  • 3 huevos
  • pizca de sal
  • 5 gr. de levadura (1/3 de sobre)
  • mantequilla para untar molde
  • chorro jerez dulce
  • medio vaso de agua
  • dos cucharadas de azúcar
  • esta cantidad de crema pastelera que lleva sus huevos y harina

Pasos para su elaboración

1
Construimos un molde con papel de aluminio convencional, doblando un poco los bordes hasta conseguir un pequeño molde de más o menos 40 cm. x 26 cm., y lo untamos bien con la mantequilla ablandada.
Molde hecho con papel de aluminio y untado con mantequilla
2
Se hace la cantidad de crema pastelera recomendada en la receta y se deja reposando en tanto vamos haciendo el resto.
3
Se mezclan con la batidora los huevos, el azúcar, la harina, la pizca de sal y la levadura. Se extiende sobre el molde untado de mantequilla, con ayuda de una espátula, tratando de dejarlo lo más regular posible; se mete en el horno a 180 grados, tras haberlo precalentado 10 minutos.
Masa del brazo de gitano en el molde lista para entrar en el horno
4
El bizcocho "enrollable" estará listo en breve espacio de tiempo, quizás en 10 minutos. No hay que esperar a que se tueste, sino que debe tener este buen aspecto:
Bizcocho "enrollable" para hacer el brazo de gitano salido del horno
5
En cuanto se enfríe un poco el bizcocho, a los cuatro o cinco minutos, lo desmoldamos fácilmente volteándolo sobre un papel de horno o aluminio. La parte que estaba a la vista quedará hacia abajo. Al enrollar, la parte que está ahora hacia abajo será la parte visible, que tiene mejor aspecto que la que estaba en contacto con la mantequilla del molde.
6
En este momento mezclamos el agua, el azúcar y el chorro de jerez y con esta mezcla tratamos de humedecer un poco el bizcocho. Esto es muy recomendable porque si no, aunque rico, puede quedar un poco seco.
7
Cubrimos el bizcocho con la crema, tratando de hacerlo lo más uniformemente posible, teniendo especial cuidado de que la crema llegue a los bordes.
Bizcocho para hacer el brazo de gitano cubierto de crema
8
Y ahora, con un poco de maña, sólo falta enrollar el bizcocho. Hay que hacerlo con sumo cuidado porque el bizcocho tiende a pegarse en el papel de aluminio, pero se despega con facilidad sin estropearse. Como no es fácil moverlo, es recomendable hacer girar la última vuelta hacia la bandeja definitiva, dejando pisado el final del bizcocho para que no se deshaga. Se espolvorea con azúcar glas y queda con este envidiable aspecto:
Brazo de gitano ya enrollado y espolvoreado con azúcar glas
9
Sólo falta el paso obligado de unas horas por la nevera, pues está perfecto con la crema bien fría.
10
Si se le quisiera dar un aspecto profesional, se podrían guillotinar los bordes para que quedase homogéneo. Pero por supuesto, no tirándolos, sino comiéndolos según se cortan. Puede apreciarse en este corte cómo sería:
corte de brazo de gitano donde se aprecia el bizcocho y la crema

La anécdota de esta receta

Como todas las anécdotas que aquí se cuentan, es verídica al cien por cien. Ocurrió que la primera vez que hice este brazo de gitano no lo hice en mi casa, sino en la de unas amistades que también tenían descendencia. Fue un postre hecho con ayuda de todos los niños.

La cuestión es que cuando el brazo entró en la nevera era ya tardísimo y nos tuvimos que ir a dormir, dejando en casa ajena aquel hermoso brazo.

Al día siguiente estábamos abatidos por no haber podido probarlo, pero... ¡oh, sorpresa!, a la hora del postre apareció la amistad por casa; nos llevaba el "cacho" que les había sobrado para que lo probásemos. Así, como lo digo: un pequeño "cacho".

Buenos, es igual, se lo agradecimos porque estaba muy bueno. Curiosamente, nunca más he conseguido que me saliese uno tan rico como aquel.

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